Volvemos una vez mas a encontrarnos en esta pagina que trata de muchos temas tanto culturales como de la vida cotidiana, estuvimos ausentes por falta de tiempo pero trataremos de seguir adelante todo lo posible y cada vez que un acontecimiento, un poema, un cuento nos impulse a ello.
LA DIRECTORA
PENSAMIENTOS
El arte de odiar es mas difícil que el arte de amar
TOMASEO
Los países donde no hemos amado ni sufrido no nos dejan apenas recuerdos.
LOTI
Un hombre de noble corazón ira muy lejos, guiado por la palabra gentil de una mujer
GOETHE
El agua se desliza serena por la piedra acariciando su madurez.
MARTA MILESI
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NOTICIAS DEL TEATRO COLONIAL
este pilar histórico tiene sus comienzos en la época del Virreinato en 1817, perteneció a Don Vicente de Azcuénaga y estaba situado en las barrancas del rio, a la altura de la Avda Belgrano se erige en la actualidad este teatro desde el 3 de junio de 1946. A partir de 1985 se convirtió en un espacio consolidado en defensa del Teatro Argentino manteniendo en vigencia las obras vigentes junto a otras del Teatro Clásico bajo la dirección de Adrián Di Stefano.Para conocer mas de la actividad del mismo se puede acceder a www.colonialteatro.com.ar.
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"ALMA DE ESTRELLA"
una obra escrita por Adrián Di Stefano en homenaje a las victimas de transito, auspiciada por Agencia de Seguridad Vial del Ministerio del Interior. Se estreno en el mes de Diciembre bajo la dirección de su autor y se llevo no solo al escenario del Teatro Colonial, también a colegios donde los alumnos la recibieron de una manera maravillosa entendiendo, a pesar de ser alumnos de primaria, el mensaje que se da en ella. Es la historia de una familia común donde esta el abuelo, la abuela, el padre, la madre y dos hijos y sin golpes bajos se trata de representar el peligro de no tener cuidado en el manejo de un automóvil y como el ser humano debe comportarse al cruzar una calle, es tierna, nostálgica y muy cotidiana.
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"CARMEN"
Alejandra Soto lleva en el alma ese espíritu español de un puro flamenco y cada año nos regala con un espectáculo maravilloso, este año fue la historia de Carmen, la cigarrera, la famosa protagonista de Merimee, nos deleito con una Carmen etérea y firme en sus movimientos, sus brazos y manos de momento parecián las alas de una paloma queriendo acariciar el aire, en otros la de una águila en defensa de sus derechos, las alumnas perfectas bailaron sevillanas, fandangos, bulerias mientras que una guitarra rompiá el silencio y una hermosa voz nos deleitaba con su canto de soledades. Un espectáculo digno de volverse a ver.
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LA PUNTADA
cuento de GABRIEL ANDRÉS KEILIS
Caminaba apurado. El barrio de Palermo es grande y, aunque todo queda en el barrio, nada queda cerca. Avance por Bonpland rumbo al rio. La noche húmeda de Buenos Aires se hacia estrecha.Algunas copas previas y una suave garùa distorsionaban mi visión de la realidad. Al llegar a Gorriti doblé a la derecha, hacia las vias. En la esquina casi embisto un transeúnte que no pareció notar el hecho. Su aspecto sombrío me recordó a las parcas y un escalofrío estremeció mi nuca. Nunca tuve por costumbre esquivar a las personas, el roce es provocación y la provocación es motivo suficiente para desenvainar y batir puntadas en el aire. Sin embargo desde hacia un tiempo, mis hábitos estana cambiandoy, desde la noche en que habia comenzado el dolor en mi espalda, los entreveros habian cesado.
En las noche de lluvia los pasos desaparecen, se tornan mentirosos, nadie dea,bula por las calles, las vitrolas humedecidas callan sus tangos solitarios y mueren en las sombras los guapos y sus voces. Solo puede oirse el misterioso chapotear de la lluvia y caminar se convierte en acto de fe. El aguacero se había vuleto contundente pero no me importaba, ya que noté, con sorpresa, que ni una sola gota lograba rozarme; quizás las últimas aguardientes tuvieran que ver con ello. Me preocupaba únicamente un punto en mi espalda. Un pequeño y filoso punto en medio de los omoplatos desde donde el dolor irradiaba sus efectos. A las memoria el motivo de dicha molestia le era ajena, pero intentaba acostumbrarla a que conviviera con su recuerdo. Lamentaba el filo de mi daga inutilizado dentro de su vaina. Con aquel dolor era imposible batirme siquiera una pebeta. Llevaba la daga atada al cinto, en parte por costumbre y en parte por imponer respeto, aunque solo fuera a las mujeres que deseaba para aquella noche húmeda en Buenos Aires.
Arribe a la Avenida Juan B.Justo, como siempre por ella el agua corría a raudales, rememorando, tal vez,el viejo Maldonado. Mi incierto destino aguardaba al otro lado. Avance hacia él con los músculos en tensióm. Noté que este Aqueronte no era profundo como aparentaba, apenas un poco por encima de las rodillas. Aún asi no lograba mojarme y guardé mi óbolo para otra ocasión. Ninguno de los nuevos Ford T circulaba, la aristocracia estaba guardada y solo algunas ramas y otros desperdicios navegaban por el improvisado rio. El diluvio menguaba y volvía a ser una tenue llovizna. Enfilé hacia las vías entre las sombras; pocos faroles, al parecer, gustaban de la lluvia.
